Rosquillas de Alcalá y visita a la ciudad


Uno de los dulces más típicos de Alcalá de Henares son las rosquillas, hechas con hojaldre, bañadas en una crema de yema y cubiertas por un glaseado, una verdadera delicia.

Tenía muchas ganas de hacer estas rosquillas, pero primero me apetecía comprar las originales, para después poder comparar con las caseras. Me encanta pasar el día en Alcalá de Henares, así que, allí que me fui.

Alcalá de Henares se encuentra a 30 km. de Madrid capital, y es la única ciudad de la Comunidad declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Famosa por su universidad, y también por ser la ciudad natal de Miguel de Cervantes, autor de «El Quijote», considerada una de las mejores obras literarias a nivel universal.


 


También aproveché para comprar costrada, otro de los dulces más ricos de Alcalá. Son planchas de hojaldre rellenas de crema pastelera y merengue con almendra tostada por encima. Tengo publicada en el blog una receta de costrada, pero quiero grabar la receta en vídeo para subirla a mi canal de Youtube. Otro de los dulces más antiguos y típicos de Alcalá de Henares son las almendras garrapiñadas, te recomiendo que las compres en el convento de las Clarisas, las venden a través de un torno. Yo compre una cajita redonda pequeña, ideal por si quieres llevar un recuerdo de Alcalá a alguien.

Esta vez he hecho un vídeo un poco diferente, además de la receta de las rosquillas, puedes ver una pequeña visita de la ciudad, espero que te guste.

 

Ingredientes:

  • 2 planchas de hojaldre
Crema de yema
  • 5 yemas de huevo
  • 200 g. de azúcar
  • 80 ml. de agua
Glaseado
  • 150 g. de azúcar glas
  • 30 ml. de agua

Elaboración:

  1. Extiende las dos planchas de hojaldre y pon una encima de la otra, procura que queden bien ajustadas. Corta por la mitad y coloca una encima de la otra de manera que tengas cuatro capas de hojaldre. Pasa un rodillo por encima sin presionar demasiado, solo para que se unan. Si quieres puedes poner un poco de huevo batido entre las capas para asegurar que no se despegan al hornearlas.
  2. Forma las rosquillas con un cortador redondo de 6 cm. de diámetro, para hacer el agujero del centro he usado una boquilla de repostería.
  3. Pon las rosquillas en una bandeja de horno con papel vegetal y hornea a 200 º C durante 15-20 minutos o hasta que estén doradas.
  4. Deja enfriar.
  5. Para preparar la crema de yema pon el azúcar con el agua en un cazo al fuego y lleva a ebullición. Debemos conseguir un almíbar a punto de hilo, si tienes termómetro de cocina déjalo hasta que alcance los 118 º C, si no tienes, déjalo hervir unos 5-7 minutos. Si quieres puedes mojarte los dedos en agua fría para no quemarte, y coger una pequeña cantidad de almíbar entre las yemas de los dedos, al despegarlos debe formarse un hilo fino de almíbar.
  6. Bate un poco las yemas de huevo y vierte el almíbar en forma de hilo sin dejar de batir para que no se cuajen.
  7. Devuelve la crema al cazo a través de un colador y calienta a fuego bajo, sin dejar de remover, hasta que espese un poco, con 6-7 minutos será suficiente.
  8. Pasa la crema a otro recipiente y deja templar durante 15-20 minutos.
  9. Baña las rosquillas en la crema, yo las meto enteras boca abajo, solo dejo fuera la base, y deja escurrir sobre una rejilla. Deja reposar al menos durante media hora para que la yema se seque.
  10. Para hacer el glaseado pon el azúcar glas en un bol y agrega el agua en varias veces removiendo cada vez hasta que obtengas la consistencia adecuada.
  11. Cuando se haya secado la yema pinta las rosquillas con el glaseado y deja secar de nuevo.

¡Hasta la próxima receta!

Pilar ♥

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